sábado, 22 de enero de 2011

Algo fácil de olvidar

Iba caminando, esperando nada, preso de un amor drogoresistente, recordando aquellas tardes de yerba y cabello largo y mente abierta para explorar la fosa abisal y las galaxias y tantas huevadas, cuando de pronto me hallé frente a una tienda, y me detuve... quería verla.

Busqué la tarjeta de teletransportación en mi bolsillo; pensé que la había olvidado, pero ahí estaba. Entré y apunté hacia uno de los exágonos del techo... Aparecí en su casa. Parecía no haber nadie, pero podía sentir su presencia.

Entré en la cocina y hallé algo de carne, la cogí y tiré el hueso por la ventana para algún perro que pasara, como siempre... Y de pronto apareció: era el televisor que se encendió solo, ahí estaba, en las noticias, puta madre, la hubiese podido ver desde mi casa.

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