volar
sin volver
dejar
una estela de algo sobre la nada
morir avergonzado de la vida
dejar pasar a las aves que nos seducen con sus alas
alas de inmensos gallinazos
y somos los náufragos del dolor
en el acantilado
en la vida gris
en los negros cielos
en la daga inmensa que juega con nosotros
en la incierta
resignación
lunes, 3 de marzo de 2008
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