miércoles, 18 de febrero de 2009

Un fin

Sobre un cuento que oí... telepáticamente:

Salía del cine -que años después se convertiría en iglesia (tanto barroquismo en la arquitectura) cuando vi a un tipo con cara de máscara, cabellos largos, parecía ir o venir de una fiesta de disfraces... y sacó un revolver; me disparó dos veces en el abdomen, luego le disparó a otro tipo; luego alguien le quitó el arma y le disparó con la misma, que vino a caer cerca de mí... la tomé y disparé al aire, para que vengan los bomberos... Pero no vinieron, vino un volkswagen con tres personas dentro... me metieron en el carro, y me interrogaron porqué las heridas no me sangraban... yo trataba de llamar al 116 con mi celular, pero nada... Les dije a los tres tipos que vean mis heridas, porque yo no tenía el valor, pero nada... yo sentía que las heridas se cerraban, pero que de alguna manera la sangre se me desvanecía... hasta que todo se puso nublado... Y el mundo desapareció.

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