Juan iba en el micro, rumbo a no sé dónde. Abrió su walkman para cambiar las pilas, y en su apuro y su torpeza cogió el par de triple A con la boca y colocó las pilas nuevas y el carro frenó y... se tragó una pila.
Bueno, no sintió el estómago, la clásica sensación de pánico... Bajó corriendo del carro y tocó la puerta de su amigo.
-¿Qué tienes?
-Ma..
-¿Qué??
Le mostró la otra pila, la que tenía en la mano, y así se dio cuenta de lo que le pasaba.
-Mierda...
-Agh...
-Espera... ¿ya te la tragaste?, ¿puedes hablar?
-Sí, pero me voy a morir...
-Estás pálido... ven, pasa...
-Ayyy... !me voy a morir!
-Ya cálmate huevón.
-Ayúdame... no puedo morir...
-¿Recuerdas cuando me dijiste que podías morir tranquilo con lo que has vivido?
-Sí.
-Ahora vas a poder sentir la nada.
-¿Cómo se siente la nada?
-No sé, no la he sentido.
-Y todavía es Duracell...
-Ya pe, qué más quieres, vas a durar más, ya no vas a ser efímero...
-Ok.
-¿Ok?
-Ok...
-¿Y vas a extrañar a alguien?
-No sé.
-Ya me cansé, que termine esto, ¿no?
-Sí, ya, fin.
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