jueves, 3 de enero de 2008

Un breve amigo

Hoy conocí a alguien que me contó la siguiente historia: "Ayer estuve en un mercadillo, vi un grupo de gente apelotonada en una esquina; vi, mientras me acercaba, que se trataba de la venta de chanchos, lechones. Me acerqué más y un grito como de guitarra eléctrica me llamó: era un pavo. Estaba en una jaula de plástico, y estaba vestido de blanco. De un momento a otro entendí sus mensajes, como por instinto, como si siempre lo hubiese entendido. No tenía cincuenta soles, por eso lo dejé ahí, en el olvido, como una imagen, lo dejé morir".

(para ver la foto de este sueño, click aquí: bang bang )

1 comentario:

Luis Iparraguirre dijo...

Por eso no me visto de blanco.